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Motivos para Iniciar Psicoterapia

Cuando se consulta a un profesional de la salud mental, en este caso a un psicólogo, puede ser por alguno de los siguientes motivos: estar atravesando una inhibición, un síntoma, un estado de angustia o un acting out.  Por supuesto, hay casos en los que el consultante fue derivado al profesional Psi por su médico tratante, quien concluyó la presencia de un malestar psicológico y no compromiso orgánico/enfermedades, propias del campo de la medicina. Pero cuando nombramos dichos motivos, ¿de qué estamos hablando?.  Empecemos a desglosar....

Las inhibiciones son propias del yo y, según S. Freud, no necesariamente designan algo patológico (1).   Es decir, son limitaciones de las funciones yoicas, sea por precaución o a consecuencia de un empobrecimiento de energía. Un ejemplo de ello es no hablar en público queriendo hacerlo.

Los síntomas refieren a una desacostumbrada variación de una función o de una nueva operación ajena al yo(2).   Un ejemplo, sonrojarse cada vez que se habla en público.

Al decir de Freud, el síntoma es una formación del inconsciente, una condensación (mecanismo del inconsciente), en la que entran en juego varios deseos en conflicto; y ese conflicto es estructural. Cuando mencionamos formaciones del inconsciente nos referimos a sus producciones como lo son los olvidos, los chistes, los sueños, los actos fallidos, entre otros.

De ahí que, si curamos un síntoma, aparecen otros en su lugar. Éstos se desplazan y, es por eso, es preferible respetarlos, ya que la solución al problema es la disolución del conflicto de base. Al síntoma, hay que curarlo “por añadidura”.  En él hay un goce; el paciente goza del síntoma, y no quiere, en el fondo, desprenderse de él; ésta es otra de las razones por las que hay que respetarlo, porque el paciente extrae un beneficio del síntoma. La cura le supondría la emergencia de angustia o una depresión. Por estas razones, el psicoanálisis desconfía de la cura de los síntomas; se trata de que el paciente pueda resolver los conflictos de fondo y sublimar.  De lo contrario, el padecimiento no desaparece.

La angustia, producida y sentida por el Yo, es entendida como un estado afectivo que aparece como reacción frente a un peligro interno o bien externo. Suele estar acompañado por malestar psicológico y algunas alteraciones en nuestro cuerpo, como lo son las palpitaciones, sudoración, temblores, entre otros. Es necesario aclarar que cuando decimos ataque de pánico (panic attack) es una crisis de angustia. Estamos angustiados, pero no sabemos ante qué. Existen variedades de angustias, como por ejemplo:

· la realista/ señal que corresponde a los peligros del mundo que nos rodea. Ej. angustia ante la pandemia Covid-19.

· la neurótica que refiere a un cúmulo de líbido (energía mental) ligada a pensamientos reprimidos que deben ser descargados y pasan a nuestra conciencia como angustia. Ej. angustia frente a pensamientos hostiles y reprimidos hacia un jefe.

·La social o de la conciencia moral, en las que el Superyó como receptor de las identificaciones parentales y roles similares de la moral y la cultura, arroja su crítica sobre un Yo que quiere alcanzar el ideal. Ej. angustia frente a los imperativos del deber.

Por último, el cuarto motivo es el acting out (no confundir con el pasaje al acto) es una forma mostrativa y desafiante que una persona emprende para presentar su padecimiento, por tal es un intento fallido de respuesta a la angustia. Por medio del acto impulsivo busca llamar al Otro con el fin de que le interprete su verdad.  Al mismo tiempo, no se trata de aquello que se muestra. Se trata de la captación de un fenómeno que no puede ser determinado predicativamente, que el sujeto no lo dice ni lo anticipa, pero que muestra en acto su malestar de modo distinto al que lo venía haciendo y, por ello, sorprende.  Ej. Ingesta excesiva de psicofármacos.  

Hacer terapia es una oportunidad para afrontar los padecimientos, elaborar los conflictos internos y darle lugar la sublimación en nuestra vida. 

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  1. Freud, S. (1925-1926) Obras Completas, Tomo XX. Presentación autobiográfica. Inhibición, síntoma y angustia. ¿Pueden los legos ejercer el psicoanálisis?. Y otras obras. Amorrortu editores. Página 83.
  2. Freud, S. (1925-1926) Obras Completas, Tomo XX. Presentación autobiográfica. Inhibición, síntoma y angustia. ¿Pueden los legos ejercer el psicoanálisis?. Y otras obras. Amorrortu editores. Página 86.
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