Es frecuente que lleguen a la consulta psicológica, pacientes aquejados por esta problemática manifestada en lo vincular: los celos. Pero antes de continuar, vamos a detenernos un instante a pensar: ¿Qué son los celos? ¿Cómo se manifiestan?
Centrándonos en el caso de la relación de pareja, al ser el más usual (pues puede haber celos hacia amistades, familiares, etc. los cuales también se pueden trabajar), los celos usualmente parecen relacionarse con el temor a que el amado o amada desee a otra persona, o bien, a que otra persona desee a la pareja. Partiendo de esta base, podrán surgir, desde la sospecha sobre algún tipo de contacto o interacción (o intención) entre la pareja y otra persona, hasta las más variadas fantasías sobre engaños que en algunos casos extremos pueden ocupar la mayor parte del pensamiento de la persona celosa.
Claro está que los celos, sobre todo en un nivel avanzado, pueden contaminar o incluso destruir una relación, por eso es necesario plantearse seriamente si tienen alguna utilidad y si se quiere hacer algo al respecto.
Considero que reflexionando un poco, uno se daría cuenta de que los celos no tienen ninguna utilidad, ya que lo único que generan es malestar a la persona que los padece y a la pareja. Sin embargo, el hombre o mujer que es asediado por estos sentimientos lo vive como un peligro, y el hecho de imaginar la posibilidad de que su amado o amada esté con otra persona genera un temor tan grande de que esto suceda, que no puede evitar controlar las situaciones en la que esto pudiera pasar, ya sea las salidas de la pareja con amistades, el diálogo con otras personas, hasta incluso el uso del celular o redes sociales puede llevar a que el celoso o celosa intente investigar posibles infidelidades de la pareja.
Pero… ¿Cómo hacer para eliminar los celos?
Para ello, es necesario entender de dónde provienen, de modo que se pueda trabajar sobre la raíz de los mismos, para que, de a poco, vayan perdiendo la fuerza con que se imponen al que los padece. Dependiendo de la historia de cada individuo, se pueden hallar diferentes vivencias relacionadas con el desarrollo de este sentimiento, y según cada caso se podrán tramitar las situaciones originarias para llegar a la liberación de este padecer.
Pero vayamos un poco más lejos. Usualmente la persona celosa se siente insegura, y tiene exacerbado temor de que su pareja le abandone o engañe con otro/a, lo cual eventualmente podría llevar a que se vaya con alguien más. Esto genera miedo, pero el miedo es una emoción biológica destinada a evitar el peligro y/o la muerte del ser vivo*. Y ¿cómo entendemos entonces que la posibilidad de engaño genere miedo? Esto se debe a que alguna vez ese miedo fue real, y esto fue en la primera infancia, pues un bebé realmente depende de alguien que lo cuide, lo alimente, abrigue y proteja, y si ese alguien (que usualmente es la madre o el padre) lo abandona y no hay nadie más para cuidarlo… muere. Pero esto no sucedería si la pareja se fuera con otra persona, así que es necesario comprender esto y trabajar sobre todas las situaciones asociadas a los miedos al engaño y al abandono para que los celos se vayan y den lugar a que surja el amor, el cual por cierto, y a diferencia de lo que muchas personas creen, no tiene nada que ver con los celos.
* En otro artículo hablaremos más sobre el miedo real (el miedo biológico que se menciona en el artículo) y el miedo patológico. Ejemplos de este último son el miedo a dejar un trabajo, a terminar con una relación tóxca, a emprenderse en una nueva actividad o proyecto, a hacer el ridículo, miedo al cambio en general, al engaño (tema que estamos tratando acá), etc.
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