“Amar es esencialmente, querer ser amado”

 Lacan

¿Qué es una crisis de pareja?; tema recurrente en consulta y por fuera de ella.

En principio, la palabra crisis no tiene un significado negativo.  Las parejas viven en crisis, y  las veo algo necesario por lo que toda pareja debe pasar, como una oportunidad para cambiar, para crecer.

Pero en este contexto, en donde una pareja vive atravesando crisis. Demandas, protestas, enojos. ¿Por qué continua una pareja? A pesar de las crisis, algo los hace separar y algo los hace seguir juntos.   Y en este punto tenemos en este punto que hablar del “Edipo”.

El sujeto/ niño de pequeño se satisface de una u otra manera con sus figuras parentales (mamá/papá), son objetos que producen placer y satisfacen. Pero ante la imposibilidad de quedarnos con mamá/papá, hay que salir a buscar una “pareja”. Aprece una sustitución (no puedo esto, pero puedo esto otro). 

El sujeto queda entonces con una herida narcisista grave, no se puede quedar ella con papá, ni el con mamá.  En el caso de los varones, tienen que renunciar a mamá y hacerse un hombre (y dejar de ser el nene de mama) y ella tiene que renunciar a papa (y dejar de ser la niña de papa) para pasar a ser una mujer. Tienen que destronar a esas imágenes parentales (en el sentido de plena satisfacción).

Entonces, ¿hay realmente una pareja? La pareja es un “ensamble”; porque hay un agujero, una huella (la que dejo el padre o la madre). Y ese agujero produce angustia. Se quiere volver a tener ese amor, el sujeto lo busca, lo desea y de golpe aparece “otro”. Pero ese otro, está del otro lado (también con su “agujero”)  con una escena simbólica parecida. Cuando los entrelazamos aparece una; el otro empieza a rellenar ese hueco y viceversa. Ahí nace “la pareja”.  Los enamorados se  encuentran,  se desean, se satisfacen  porque no se conocen, porque menos lo conozco más me rellena la fantasía.  El otro rellena. Las parejas se miran, se sueñan en el otro y esa mirada remonta a una vieja mirada de amor.

Pero hay formas y formas de amor; hay parejas sádicas, masoquistas, crueles.  Cuando en consulta uno escucha que su pareja actual no lo/la trata bien descubre que no es la primera vez, sino una repetición más de un tipo de elección.

 Lacan dice del amor: “amar es dar lo que no se tiene a quien no es”. Dar lo que no se tiene;  lo que falta de la huella, el agujero. Si uno seria completo no necesita de nadie. Uno se entrega con un “hueco”, agujereado. Se lo da a quien rellena (a quien no es). Se entrega en falta al representante de un padre o una madre. No es la media naranja, sino es quien viene a rellenar el hueco.

Y la crisis aparece cuando lo real supera la fantasía; cuando se acaba la paciencia, cuando el reloj anuncia, cuando la persona deja de ajustarse a la fantasía. Cuando no tapa el agujero o lo sobrepasa. La crisis nunca es nueva, es vieja, viejísima.

Porque a pesar de que el otro no está rellenando del todo, esta rellenando algo y no queremos renunciar. Nadie quiere renunciar al amor porque es volver a encontrarse con el agujero. Conscientemente incomoda, hay queja pero hay “algo” que sigue satisfaciendo.

Hay una parte de ese espejo que satisface; en análisis tenemos que ver  que es lo que satisface. Por ejemplo; se queja de que ella es muy tonta, pero a él lo hace sentir muy inteligente. (Hablamos de narcisismo.)

Tenemos dos situaciones, la primera es cuando aparece el real del otro, el otro es demasiado real y se parece demasiado a la imagen original y  queda prohibido. Es  el caso de parejas, que son padres y tienen a un niño y ese hombre no puede estar con su mujer porque la ve como “mama” Se le hace insoportable. O el segundo caso es cuando la realidad rompe con la fantasía.

Entonces, en las parejas hay mucho más en juego que el enamoramiento, que la pasión, que el “deseo”.

¿Las crisis tienen solución? Depende del caso, hay crisis que son buenas que permiten reestructurar, hay crisis porque las personas cambian, no es la misma relación de uno jóvenes de 20 que de adultos de 50. Otras organizan, otras sanan.

Pero más allá de las crisis, de lo que no podemos escapar es que todos estamos atravesados por el “agujero”, a todos nos quedan el hueco,  y por lo tanto todos necesitamos el amor. Ser amados y ser mirados.