Hablar de depresión es cada vez más común en el lenguaje cotidiano e informal.
Se usa para referirse a estados de tristeza, pérdida de interés en las actividades propias, como también para referirse a la falta de energía y de entusiasmo.
El estado de ánimo nos marca "un ritmo de vida" y nos mantiene inmersos en momentos que transcurren entre estados tan opuestos, como la alegría y la desazón. En este devenir de la vida, están los proyectos, lo que hacemos y lo que también dejamos de hacer.
Preguntarnos cómo recorremos nuestras experiencias, cómo nos paramos frente a las cosas que nos suceden, implica una buena manera de "hacernos cargo" de nuestras emociones y pensamientos, y vernos en la propia conducta, cómo respondemos, cómo accionamos y contribuimos como protagonistas de la propia historia.
¿PERO QUÉ ES LA DEPRESIÓN?
La diferencia en la forma de afrontar los acontecimientos difíciles (duelos, experiencias traumáticas, crisis, etc) marcará una tendencia para la persona, que la hará más proclive a atravesar un estado anímico depresivo o sostener en el tiempo una depresión propiamente dicha. Este punto es muy importante, ya que aquí es donde empieza la labor de la Psicología Cognitiva Conductual ante un cuadro depresivo. Las Técnicas que se utilizan trabajan sobre los procesos de pensamientos, las emociones y las conductas ( se trabaja sobre una reestructuración cognitiva y conductual).
Cada persona es un mundo, cada persona es única y es por ello que ante las mismas situaciones de vida, reaccionamos distinto, con más o menos intensidad emocional, con distinta "mirada" (pensamientos) o conductas. Vivimos la vida con las herramientas con las que nos hemos hecho.
En un caso de depresión (con ausencia de otros desequilibrios mentales), los procesos cognitivos se ven distorsionados, sostenidos por ejemplo por creencias o conductas, que mantienen, al que sufre dicha condición, en un embudo, que lo nuclea en un estado del cual le es difícil salir solo. Ya el suceso traumático o doloroso que ha vivenciado puede dejar de ser el objeto de la desdicha, pasando a ser la propia vida el objeto de cuestionamiento.
La severidad del cuadro se analiza en función a este viraje o re direccionamiento de la queja del consultante (paciente). Se evalúa la inclusión de un trabajo combinado con fármacos (si se requiere) a fin de posibilitar el trabajo psicoterapéutico y elevar los resultados positivos.
¿POR QUÉ ELEGIR LA PSICOTERAPIA COGNITIVA CONDUCTUAL?
Ha sido comprobada la eficacia de esta línea de trabajo en la recuperación y prevención de recaídas, como en la disminución de la cronicidad de la depresión. El National Institute for Health and Clinical Excellence (NICE), la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Federación Mundial de la Salud Mental (WFMH) recomiendan la terapia cognitivo conductual (TCC) como tratamiento de primera elección para el trastorno depresivo leve y moderado.
Desde mi punto de vista profesional, la posibilidad de trabajar técnicamente con los procesos de pensamiento, las emociones y las conductas de forma integrada con este enfoque, no sólo es útil para superar distintos desequilibrios o tendencias mentales nocivas, sino también para elevar incluso el potencial que cada persona tiene para enriquecer su propia calidad de vida.
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